El reflejo de lo vivido

Con este nombre tan descriptivo hemos titulado la exposición fotográfica que, nuestra compañera Monte, ha realizado con fotografías realizadas por el personal de nuestra residencia.

En la exposición he querido resaltar las manos de los abuelos, y la mirada. Esas manos que tanto han trabajado, han cuidado, han acariciado, y la diferencia con la mano de un niño, tan pequeña, tan sensible y tan «nueva», y a las que le quedan tanto por hacer.

Y la mirada de uno de nuestros abuelos, esos ojos que tanto han visto y han vivido, donde cada línea de su cara (aquello que llamamos arrugas), refleja las aventuras vividas, los sueños, recuerdos, pensamientos… de toda una vida. Y ¿por qué no decirlo? El sufrimiento también, en algunos casos, porque todo, antes, no era tan bonito.

Monte